viernes, 3 de febrero de 2017

EL EJERCITO GRIEGO

Ejército

El ejército espartano

Ilustración de un Hoplita.
Este poder terrestre de Esparta se basaba en primer lugar en un sistema educativo desde la infancia totalmente orientado a la preparación para la guerra.

A los 20 años todo espartano se incorporaba al ejército activo.De los 20 a los 30 años, estos jóvenes guerreros, aunque estuvieran casados, seguían viviendo y comiendo todos juntos.

A los 60 años el espartano quedaba al fin liberado del servicio militar, y podía formar parte del Senado (Gerousia).

Esparta tenía plena confianza en sus hoplitas, decididos a morir antes que retroceder. Tenía poca caballería.

En el campo la disciplina era muy estricta, y la menor falta se castigaba con bastonazos. Las faltas graves suponían la muerte o la degradación militar y la pérdida de los derechos cívicos.

El ejército ateniense

El joven ateniense se ejercitaba con regularidad en la palestra, bajo la dirección del pedotriba, y la gimnasia era una preparación normal para el oficio de las armas: la lucha, la carrera, el salto y el lanzamiento del disco desarrollaban la fuerza física y la elasticidad. En cuanto a la quinta prueba del pentatlón, el lanzamiento de jabalina, se trataba ya de un ejercicio puramente militar.

Para los hombres adultos, que habían superado ya la edad de la efebía, la gimnasia constituía el mejor medio de mantenerse en forma y de entrenarse entre dos campañas.

Todo ateniense tenía que servir a su polis de los 18 a los 60 años. De los 18 a los 20, era efebo. En este momento realizaba su aprendizaje militar.

De los 20 a los 50 años, como «hoplita del catálogo (lista de reclutamiento)» o como jinete, formaba parte del ejército activo, alguna de cuyas clases (y a veces todas) se movilizaban al comienzo de la campaña militar fuera del país (éxodos).

De los 50 a los 60 años pasaba a ser veterano, los presbytatoi, que con los efebos y los metecos de cualquier edad integraban una especie de ejército territorial encargado de defender las fronteras y las plazas fuertes del Ática.

En tiempos de paz el grueso del ejército solo era una milicia disponible, excepto los efebos, que durante dos años estaban ocupados por entero en sus ejercicios y, por esa misma razón, exentos de cualquier deber político o incluso de comparecer ante la justicia. Eran ciudadanos desde el momento de su ingreso en la efebía, pero no ejercían sus derechos hasta que habían transcurrido esos dos años.

Los ciudadanos que habían llegado a los 60 años quedaban liberados de toda obligación militar y se convertían en diaitetas, árbitros públicos, algo parecido a los «jueces de paz».

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